¿Cuántas octavas necesito subir para sonar como Nina Simone? La obsesión de una joven trans por alcanzar el tono de la alta sacerdotisa del soul, es la matriz de Las octavas de Simone, tercer trabajo de la compañía Teatro Paisaje (Que todos los hombres se vayan a Irak), que se estrena en Teatro del Puente.
A través del relato fragmentado de quienes la conocieron desde su infancia en Temuco, hasta su juventud en Berlín, y sin ponerlo jamás en escena; la obra escrita por Nicolas Lange –premiado en el III Encuentro de Dramaturgia Internacional Emergente–, muestra el viaje hacia la transición de su cuerpo, de nacer Simón hasta convertirse en Simone, siempre buscando una voz que le rehúye.
“Planteamos una investigación escénica a partir de la noción de voz desde diversas perspectivas, específicamente desde la fonoaudiología. Es en la búsqueda de la voz de Simone y las maneras de traducir el sonido a distintas materialidades, como la luz por ejemplo, el modo en que se desarrolla la puesta en escena, enfatizando la creación de atmósferas y sensaciones”, explican sus directores Ignacio Kaempfe y Víctor Valenzuela, para lo que contaron con la asesoría del fonoaudiólogo, Daniel Larenas.
“Muchos de los elementos de la obra surgen a partir de las traducciones de los tonos medios de los intérpretes a colores. Es así como los vestuarios, la iluminación y el universo sonoro se constituyen como distintas formas de un mismo fenómeno; las voces hablada de quienes conocieron a Simone”, agregan.
El trabajo de estas traducciones se realizó a partir de la Escala Sonocromática Pura de Neil Harbisson (artista y ciborg británico), basada en la transposición de frecuencias de luz a frecuencias de sonido, desde donde se obtuvo una paleta de colores, con la que se diseñaron los distintos elementos de la puesta en escena.