«Mis días sin Victoria» es la puesta en escena del diario que escribí para salvarme. Un amor lésbico frustrado, tres intentos de suicidio y la destrucción de una obra anterior, son parte de un relato que descarna la realidad y la ficción.
«Mis días sin Victoria» fue escrita por Rodrigo 4 años antes de su transición; cuando todavía se identificaba como lesbiana: Nació a partir de una fuerte depresión; suscitada por la exclusión política y artística a la que era expuesto en tanto lesbiana; y bailarina portadora de un cuerpo no hegemónico. Los discursos dominantes de las obras de danza del momento eran heteronormativos; y las lesbianas no tenían voz ni representación. Asimismo; la normativa en relación a los cuerpos excluía a las personas gordas; quitándoles voz, representación y trabajo. Cuando Rodrigo creó la obra, el gesto de exponer la vida personal, sexualidad y relaciones de poder entre lesbianas, era leído como un gesto revolucionario. En el transcurso de los 4 años de la obra, el contexto cambió y Rodrigo se asumió como varón trans, provocando una incomodidad política que cree necesario abordar: ¿Qué lugar ocupan las masculinidades trans dentro del feminismo? Los gestos antes leídos como revolucionarios son ahora incómodos. Rodrigo está interesado en disputar el lugar de las las masculinidades trans dentro de los feminismos, y en sostener un arte incómodo; valorando los debates que surgen cuando una transmasculinidad se expresa públicamente; preguntándose acerca de cómo lidiar con su pasado, con su sexualidad, con su necesidad de no censurarse en pos de la corrección política y disputar los discursos hegemónicos.