La cotidianeidad de un edificio de departamentos se ve interrumpida por la llegada de un paquete que uno de los vecinos mandó a una dirección que no existía. Este hecho genera una serie de encuentros y desencuentros entre los vecinos, quienes no volverán a ser los mismos después de este día.
Un relato con juegos temporales y cargado de humor negro que retrata la soledad de la vida en las grandes ciudades.
Un escenario totalmente despojado, siete actores que dialogan con un artista que dibuja en escena sobre retroproyectoras y música en vivo, son los componentes esenciales de la puesta.
Además de ser una obra de teatro, es un coro de voces y una instalación plástica. Diferentes disciplinas artísticas se conjugan para contar una historia.