Roma viaja al sur, a pasar un fin de semana invitada por Pérez, su padre, al cual ha visto 20 veces en toda su vida y con el que nunca ha compartido más de algunas horas. Al llegar a la cabaña, se encuentra con Marion, la novia joven de su padre, de la cual no estaba advertida.
Pérez, en un acuerdo con la madre de Roma, antes de que ésta naciera, optó por no tomar sus responsabilidades como padre. Roma nunca estuvo de acuerdo con esto, y viaja al sur a exigir explicaciones que tiene sin responder hace 22 años.
Desde que ella entra a la pequeña cabaña, despliega con frontalidad, crudeza y humor negro la rabia que siente con Pérez, y la repentina envidia que le despierta Marion.
Es primera vez que se encuentran a dar forma a una relación inexistente, y estos tres días en el sur son la excusa para hacerlo. Relación que se articula entre lo sarcástico, el dolor, la evasión a través del humor, el enfrentamiento, la ira, la calma, la tristeza y el asumir que la vida que les tocó, es la vida que les tocó.