Buscando reflexionar, sin mensajes explícitos, sobre los problemas ambientales y políticos que se están viviendo tanto en Chile como en todo el mundo, Robar madera de la Compañía Intermitente, se plantea como una obra sobre la destrucción. En ella, tres pájaros imitan las palabras que fueron dichas en un bosque que ya no existe, repitiendo una y otra vez sucesos que se ven interrumpidos, talados, como los árboles.
“Llevamos varios años en un proceso de revisión de nuestra historia como país, entre el estallido, el proceso constitucional y los 50 años del Golpe. De hecho, justo se cumplen 50 años desde la promulgación del decreto de incentivos forestales firmado por Pinochet, en medio de una crisis en la Araucanía y de unos años en que no paraban de haber incendios forestales. Las consecuencias están super presentes y son brutales”, explica Imanol Ibarra, director de Robar madera.
El DecretoDL-701 fue aprobado en octubre de 1974 por la Junta Militar y el mismo estableció una bonificación del 75% de los gastos operacionales al momento de plantar pinos o eucaliptos en la zona sur de Chile. A 50 años del mismo, el proyecto de la Compañía Intermitente pretende acercar el conflicto mediante el teatro, visibilizando las repercusiones no solo ambientales, sino que también sociales, territoriales y políticas.
“Para varias generaciones, este modelo económico es lo único que hemos conocido. Nacimos en él. Las lógicas neoliberales son parte de nuestra identidad, independiente de qué tan de acuerdo estemos con ellas. Eso también es parte de la revisión. Es una herencia incómoda. Se ha infiltrado en nuestras relaciones y nuestra manera de nombrar las cosas. Esa también es una consecuencia. Era importante que la obra también mostrara eso”, agrega Imanol Ibarra.
En escena, el elenco compuesto por Amanda López, Aníbal Gutiérrez y C. Margo Sáiz trabajan en una propuesta de obra física, que juega con el ritmo y lo absurdo para abordar el conflicto forestal.
“Al estudiar casos de robo de madera, te das cuenta de que personas de todos los ámbitos están involucradas. No hay un solo responsable. Tiene que ver más con un sistema que está viciado. Me parecía mucho más interesante que la obra asumiera esa contradicción. No es un tema fácil de solucionar. Si la obra terminara con un mensaje explícito con el que estamos todos de acuerdo, sospecharía. Y creo que está en la naturaleza del teatro habitar esos espacios de contradicción”, remata el director.
Reseña
Tres pájaros imitan las palabras que fueron dichas en un bosque que ya no existe. Repetirán una y otra vez sucesos que se ven interrumpidos, talados, como los árboles. Así, esta obra se irá destruyendo y construyendo como ese bosque. Pero ambas velocidades no son proporcionales. Crecerá muy poco en comparación a su destrucción, por lo cual, lo deseemos o no, esta es una obra sobre la destrucción.