Teatro del Puente

Ximena tiene 50 años y no sabe leer ni escribir. Ha quedado en el borde de todo y, desde esa orilla del “Chile Desarrollado”, baila, se ríe e intenta levantar la ternura de la que fue expulsada. Jacqueline, una profesora de Lenguaje recién titulada cargada de conocimientos académicos pero sin vocación, contratada por Ximena para leerle el diario, se convertirá en su profesora particular de enseñanza básica. Aquí, Educación, Religión y Abandono se cruzan en el aprendizaje, confundiéndose con canciones mexicanas y una pequeña figura de Buda dejada por el padre de la analfabeta. Así, la casa de la mujer sola se convierte en una escuela, donde profesora y alumna confrontarán lo que saben y conocen.

En Chile el analfabetismo no es inexistente, pero ha dejado de ser un problema central, es por esto que una analfabeta, que además no es una niña sino una mujer madura, resulta una pieza social particular que visibiliza la estructura sociocultural del país y de gran parte de Latinoamérica. Las campañas de alfabetización han sido tanto una campaña de La Modernidad como la consolidación de la matriz cultural europea, particularmente la española, sobre las diferentes expresiones precolombinas. Así, la tristeza de esta obra es, desde lo psicosocial una consecuencia de un continente fracturado en su lengua y desde ahí en su política y emotividad. Esta especie de comedor vacío, en el que una joven profesora sin escuela, intenta desarrollar una clase, repleta de pequeños y filosos diálogos en donde incluso el recurrente humor funciona como develador de una tragedia tan privada como pública.