Un grupo de padres y apoderados de Tal Tal, segunda región, se juntan en una sala de atención de la posta de la caleta, en las afueras del pueblo de una ex estación de trenes. Son citados por una auxiliar paramédico de un programa del gobierno con el fin de reparar e intervenir en el duelo por el suicidio de sus hijos y sobrinos. Las muertes de los niños parece dar cuenta de la sintomatología de una adolescencia depresiva y de las nulas oportunidades que presenta la vida de pueblo, pero tras el descubrimiento de ciertas pistas, se devela un plan político que puede encerrar las razones de tan brutal decisión y cuestionar incluso la sobrevivencia de ellos mismos en este pueblo.
Con un lenguaje brutal y grotesco se comienza a revivir las muertes de cada uno de los adolescentes en las voces de sus padres y la auxiliar paramédico. A partir de un sociodrama, una kermese, un baile entretenido, un karaoke y una competencia de chistes, los padres recuerdan a sus hijos muertos, son las distintas estrategias que ocupan para olvidar, para recordar y para hacer un pequeño homenaje a cada uno de los adolescentes desaparecidos.