Loreto y Francisco, ambos actores, tienen una relación al borde del fracaso, pero resisten artificialmente su final obligándose a actuar, generándose así crueles juegos en los que las mentiras, los rencores y las culpas surgen una y otra vez. Pero Déjate perder no es sólo la historia de una derrotada relación, sino también un cuestionamiento a cierto modo de hacer teatro en la actualidad, aquel que busca la complejidad y la intelectualidad como un fin en sí mismo.
Tomando como base la anécdota de Háblame como la lluvia y déjame escuchar de Tenesee Williams, Francisco Krebs genera una puesta en escena con constantes referencias a obras del cine y la dramaturgia, como Eterno resplandor de una mente sin recuerdos de Michel Gondry, Cuarteto de Heiner Muller y Closer de Patrick Marber. Escénicamente, la obra se nutre de proyecciones audiovisuales que recrean los recuerdos de los personajes, a la vez que ellos ejecutan distintos estilos de actuación, que van desde el realismo psicológico al teatro físico. De este modo el espectador está constantemente entrando y saliendo de la ficción y experimenta la artificialidad del teatro y las relaciones.
Déjate perder fue estrenada en 2012, teniendo una muy buena recepción de público y crítica, lo que le valió una nominación por Mejor Dramaturgia al Altazor 2013 y la selección en la versión 2013 del Festival Santiago A Mil en la categoría Teatro Emergente.
Francisco Krebs es actor y director de Teatro con estudios en la Universidad Arcis y la Universidad Católica. Como parte del Colectivo de Arte Transdisciplinario A Martillazos, destacan sus montajes Eco la sombra del reflejo (2009) y Ángel a martillazos (2011). Déjate perder fue estrenada en 2012, teniendo una muy buena recepción de público y crítica, lo que le valió una nominación por Mejor Dramaturgia al Altazor 2013 y la selección en la versión 2013 del Festival Santiago A Mil en la categoría Teatro Emergente