“Desobedecer”, la performance sobre resistencias colaborativas
¿Por qué obedecemos? ¿A qué se debe este comportamiento social? Son algunas de las preguntas que se realizó el equipo de la pieza DESOBEDECER, que tendrá su primera temporada en Teatro del Puente del 24 de septiembre al 06 de octubre.
El proyecto-performance plantea la problemática de que como sociedad hemos aceptado lo inaceptable. “Como sociedad actuamos regidos por una sobre-obediencia. En ese sentido, proponemos modos de percepción que desde la performance revelen las causas de porqué no nos rebelamos ante las formas de la dominación”, cuenta el equipo artístico, compuesto por Camilo Navarro, Macarena Fuentes, David Gaete y Felipe Zepeda.
“Se obedece entonces porque el precio de la desobediencia no es soportable, porque el único motivo para obedecer es la imposibilidad de desobedecer”, declaran.
El equipo desarrolló una práctica escénica que explora el cuerpo de la desobediencia, desde conceptos que surgen en formas de dominación y de sumisión individual y colectiva. “La premisa que impulsa esta práctica guarda relación con el ‘Principio de la sumisión ascética’, en la que se probará a dejar de sobre-obedecer, mediante la búsqueda de estrategias de sabotaje y ejecuciones defectuosas que a los performers les estimulen a obedecer lo peor posible”, enfatizan.
Este proyecto comenzó su trabajo en septiembre de 2021 en el marco del Programa de Dirección Escénica que organizan Goethe-Institut Chile-Perú-Uruguay y Fundación Teatro A Mil.
Reseña
Performance que se plantea como una investigación escénica que surge a partir de la documentación y análisis reflexivo de coyunturas históricas y contemporáneas para encontrar estrategias colaborativas de resistencia. Al identificar que el problema no radica en la obediencia sino en un comportamiento del cuerpo social extremadamente sumiso y por tanto sobre-obediente, el proceso de investigación ha incursionado en modos de organización que estimulen en las personas el desarrollo de una práctica-ética de la desobediencia. Así las transformaciones sociales serían estructurales y no meros acontecimientos efímeros, ni tampoco escenarios difíciles de imaginar.
