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Tag Archive: alvaro viguera

  1. Tú, mi primera película

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    Una misma realidad que ya carece de objetividad.
    La compleja cotidianidad presente en la realidad de una pareja.
    La necesidad de un otro, de un referente para constituir nuestra propia existencia.
    La necesidad de crear a otro (TÚ) para ser parte de algo.

    La Compañía
    Teatro Ensimenor nació en 1998 con la Tetralogía de las Palabras (1998-2001), que consistió en una serie de montajes de carácter experimental, escritos y dirigidos por el mismo Viguera. Las obras con las que continuó el trabajo de la compañía fueron: Menú del día (2002) y Estoy bien. Súper bien. (2005); los montajes  Hopefull Monster (2002), La (2003) y Chile (2004) de Andrés Kalawski; y las obras Hermanas (2001), El baile (2002) y Juego de amor en una de las habitaciones (2003), todas de Viguera. Con ocasión de la Muestra de Dramaturgia Nacional 2005 fue presentada Buffalito que camina con jeans apretados y chaqueta de cuero, de Alejandra Moffat, y más recientemente, La Leyenda del Pianista, de Alessandro Baricco.

  2. La Leyenda del Pianista

    2 Comments

    Estrenada en Teatro del Puente en Abril del 2006

    «La leyenda del pianista», versión libre de Novecento de A. Baricco, cuenta la historia de un pianista que nace arriba de un barco y del cual nunca bajó. Novecento (nombre del pianista) vio transcurrir toda su vida en medio del océano. Al nacer fue abandonado por sus padres, unos emigrantes que lo dejaron dentro de una caja de limones encima de un piano. Toda su infancia pasó desapercibido para la tripulación del barco, hasta que un día fue sorprendido tocando el piano de forma inexplicable. Su música era singular y genial, absurda pero hermosa, la música de uno de los pianistas más grandes del mundo.

    Novecento pasó toda su vida en el océano sin jamás pisar tierra, él no existía para el mundo. Sólo una vez intento bajar, pero la tierra resulto ser un teclado demasiado grande para él.

    Novecento nunca bajó del barco.

    Un ser como Novecento no es común; un pianista que nunca se ha bajado de un barco, menos. Pensar en una situación como esta nos produce un quiebre inmediato con lo cotidiano de la vida, nos aleja de lo normal de las existencias de las personas y nos acerca a la riqueza de las singularidades humanas.

    Lo que queremos es mediante la música de un piano crear la música que refugia a Novecento. Mediante la actuación dar vida a lo inusual de aquel ser. Un piano que monologando va alimentando el texto y lo introduce en una soledad que lo convierte en un encierro de la máxima libertad, la máxima locura de vida jamás hecha y alcanzada. Un actor que produzca el encuentro entre una vida silenciosa y el ahora.

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